lunes, 23 de abril de 2012

CORRELIMOS OSCUROS EN EL ABRA

A pesar de la posibilidad de lluvia, el cielo gris y el fuerte viento, el viernes decidí acudir, después de las prácticas que estoy realizando en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Bizkaia, a El Abra. Eran ya las 15 horas, por lo que debía darme prisa en realizar el recorrido si quería comer a una hora decente.
Ya he hablado en alguna ocasión sobre El Abra en este blog y de la diversidad de aves marinas que se pueden ver en el mismo, por lo tanto y, teniendo en cuenta el temporal que azotaba las costas en ese momento, la posibilidad de dar con alguna especie poco habitual era alta.

Correlimos oscuro (Calidris maritima) en El Abra.
El itinerario comenzó en la playa de La Bola. Un pequeño pedazo de arena y rocas que permanece cubierto por el agua en la pleamar, como era el caso. Tal pleamar, no permitiría avistar ninguna limícola, pero si 5 somormujos lavancos (Podiceps cristatus) con sus hermosas libreas nupciales.

Somormujo lavanco (Podiceps cristatus) con la cresta al viento.
Alguna gaviota patiamarilla (Larus michahellis) volaba muy cerca de mí, pero ya no había ni rastro de las reidoras (Chroichocephalus ridibundus).
Continué mi camino hacia el muelle de Arriluce. A mi derecha, contemplé el mar y una gaviota sombría (Larus fuscus) balanceándose al son de las salvajes olas. A mi izquierda, apareció la dársena del embarcadero. En el muelle de embarque, suelen apostarse decenas de gaviotas y con los prismáticos distinguí unas 20 gaviotas reidoras, acompañadas por patiamarillas y sombrías. Las reidoras parecían prepararse para el inminente viaje.
Bajé del muelle para acercarme más a la dársena. En el agua, no esperaba encontrarme nada. Así que me acerqué a una viejas escaleras de hormigón situadas a un par de metros del borde donde suelen descansar los vuelvepiedras (Arenaria interpres). Acerté y me topé con un pequeño bando de 19 de estas preciosas limícolas, ataviadas con su bello plumaje estival.

Vuelvepiedras común (Arenaria interpres) con el plumaje nupcial.
Mas no estaban solas. Había dos intrusos que, pese a no sacar su pico de entre las plumas, supe que se trataba de dos correlimos oscuros (Calidris maritima) asociados a los vuelvepiedras.

Bando de vuelvepiedras comunes con los dos correlimos oscuros infiltrados entre ellos.
Estas dos especies forman una asociación típica durante la migración.
Vuelvepiedras y correlimos oscuros descansando.
Esperé a que alguno de los dos oscuros sacase el pico para hacerles alguna foto presentable y tras varios minutos lo conseguí. Acto seguido regresé en dirección a la playa de La Bola.

Correlimos oscuro / Purple sandpiper y Vuelvepiedras común / Ruddy turnstone.
Correlimos oscuro (Calidris maritima).
Antes de llegar a dicha playa, una lavadera blanca pía (Motacilla alba yarrellii) se posa a varios metros pero no el tiempo suficiente como para sacar una buena foto.
La pequeña excursión tendría como última parada el muelle de Churruca. Antes de llegar a él, una gallineta común (Gallinula chloropus) y una gaviota patiamarilla se movían junto a las rocas de la orilla del paseo mientras los andarríos chicos (Actitis hypoleucos) volaban con su caracterísitico vuelo pulsante a ras de agua.

Gaviota patiamarilla (Larus michahellis).
Ya en el muelle, no observé ninguna ave a excepción de un andarríos chico que a modo de despedida permaneció varios segundos a menos de dos metros. Eso si, no paro de mover la cola por lo que en las fotos, salió movida.

Andarríos chico (Actitis hypoleucos).
Seguramente, ese encuentro, sería el último encuentro de esta temporada con una ave en este lugar.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho la foto del Andarríos chico, aún cuando como dices la cola esté movida, tiene una expresión muy tranquila y desprende seguridad.

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  2. Hi!
    Absolutely atunning bird serie
    Greetings from Sweden
    /Ingemar

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