Continuando
con el seguimiento de la pareja de cernícalos vulgares Falco tinnunculus que crió el año pasado en la
maceta en la que, a mi llegada a la vivienda, descubrí abundantes restos óseos
de diversos roedores y egagrópilas de distinto tamaño, dándome pistas de que la pareja no sólo crió el pasado año sino que (al menos en apariencia)
se establecieron aquí hace mas de dos años.
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La hembra permanece sentada sobre el borde del edificio mientras el macho, situado en la maceta frente a ella, la observa antes de lanzarse a sobrevolarla en actitud de cortejo. |