miércoles, 6 de noviembre de 2013

CENTRO DE RECUPERACIÓN DE FAUNA SILVESTRE DE BIZKAIA

Allá por el mes de abril del pasado año, comencé a trabajar en calidad de alumno en prácticas en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Bizkaia hasta principios de junio de ese mismo año y, entre otras muchas cosas, me sirvió para tener una idea bastante fidedigna de en que lugar queda el medio ambiente para las administraciones y lo importante que resulta la labor del centro para la ya de por sí maltrecha fauna vizcaína.

Búho real Bubo bubo.
A él llegan todo tipo de animales, normalmente, con 3 tipos de causas de ingreso: atropello o choque contra barreras artificiales, intoxicación y disparo. En menor número, nos traían crías huérfanas de corzos Capreolus capreolus u otros animales como el cernícalo vulgar Falco tinnunculus de la fotografía.

Pollo de cernícalo vulgar Falco tinnunculus.
Resulta desalentador observar la radiografía de un halcón peregrino Falco peregrinus con metralla en el cuerpo y, saber que al mismo tiempo hay 5 ó 6 aves más en el centro afectadas por el mismo problema. Sin embargo, es satisfactorio ver como progresa un milano negro Milvus migrans que llega prácticamente sin esperanzas de sobrevivir, siendo finalmente liberado.

Halcón peregrino Falco peregrinus afectado por disparo.
Otro gran problema con el que me encontré es la desinformación de la gente. Dicha falta de información provoca que pollos de cárabo común Strix aluco que se han caído del nido explorando su entorno, acaben en un voladero en el que tendrán que permanecer largo tiempo, pudiendo haber sido colocados en la rama de un árbol próximo al lugar donde hemos topado con ellos. Por lo tanto, al final se juntan 25 pollos en el voladero cuando deberían estar en el bosque que les vio nacer.

3 pollos y 1 ejemplar adulto de cárabo común Strix aluco, aunque había más en el voladero.
Los vencejos Apus apus sufren el mismo problema. Al posarse involuntariamente en el suelo, dada la estructura de sus cortísimas patas adaptadas para aferrarse a paredes y acantilados, no pueden emprender nuevamente el vuelo. Es por ello por lo que el nombre del orden y la familia a la que pertenecen, Apodiformes y Apodidae, viene a significar sin patas.
En mi opinión, lo más propicio sería atrapar con cuidado al vencejo, cogerlo con la mano y soltarlo con cuidado a cierta altura. En caso de no volar, tendríamos la certeza de que debemos llevarlo a un centro de recuperación.

En aquellos meses también hubo sitio para historias impactantes de superación y supervivencia. Como  la de un tejón Meles meles que llegó al centro con problemas derivados de un posible envenenamiento, pero sin una pata. Teniendo en cuenta que la herida había cicatrizado mucho tiempo atrás, se dedujo que tuvo que sobrevivir en tan penosas condiciones durante meses, con lo que ello supone. Un tejón verdaderamente excepcional. Además, tiempo después se recuperó plenamente de su intoxicación y pudimos soltarlo para que continuará con su difícil vida.

Crías de tejón Meles meles.
Los cadáveres de corzos Capreolus capreolus y jabalíes  Sus scrofa muertos por atropello o por disparo para control de poblaciones llegaban en gran número. Una de las labores del centro consistía en extraer el bazo y los linfonódulos de estos dos ungulados para control epidemiológico. Era una tarea interesante, donde pude aprender in situ buena parte de la anatomía interna, no sólo de estas dos especies, sino también de otras como arao común Uria aalge, búho real Bubo bubo, gavilán común Accipiter nisus e incluso tortugas bobas Caretta caretta.

Búho real Bubo bubo.
De estas últimas llama poderosamente la atención la especialización del esófago, provisto de púas orientadas hacia delante para impedir el escape de sus presas habituales, las medusas.
Por supuesto, el manejo de las aves era una de las labores que más me interesaban. Durante los meses de prácticas tuve la oportunidad de colaborar  para el anillado o transporte a otros voladeros o al quirófano de varias especies: búho real, garza real Ardea cinerea, alcotán europeo Falco subbuteo, milano negro, milano real Milvus milvus, busardo ratonero Buteo buteo, mirlo común Turdus merula, vencejo común, halcón peregrino, cárabo común y mochuelo europeo Athene noctua. Todo ello aderezado por las explicaciones de Iñaki Intxausti e Iñigo Zuberogoitia.

Alcotán europeo Falco subbuteo.

Garza real Ardea cinerea.
Algunas era mejor no coger sin experiencia, como el azor común Accipiter gentilis, pues es una rapaz muy agresiva. De hecho, tenía que permanecer aislado porque si lo juntásemos con milanos negros, reales y busardos ratoneros, acabaría con ellos.

Busardo ratonero Buteo buteo.
A lo largo de las prácticas también pude trabajar con mamíferos tan escurridizos como el lirón gris Glis glis, al que tuve que dar de comer diariamente.

Lirón gris Glis glis.
Los reptiles como las tortugas mora Testudo graeca, eran otros de los inquilinos del lugar. En este caso, no por enfermedad, sino por no querer tenerlas en casa por más tiempo. Lo mismo ocurría con los galápagos de Florida Trachemys scripta elegans, una de las especies más perjudiciales de las catalogadas como invasoras.

Tortuga mora Testudo graeca.
Pero otros llegaban malheridos, como esta culebra de collar Natrix natrix.

Culebra de collar Natrix natrix.
En definitiva, el centro tiene una importancia vital, sobre todo en la recuperación de animales amenazados como el halcón peregrino, el azor o el galápago leproso Mauremys leprosa. No debemos olvidar que ciertas especies subsisten en Bizkaia en números muy bajos, por lo que la pérdida de un sólo ejemplar no haría sino empeorar un poco más el estatus de toda la población.

Macho de lechuza común Tyto alba troquelado, razón por la cual pude hacerle esta foto.
Pero esto del medio ambiente, siempre está a la zaga cuando se trata de poner dinero. Ojalá no tengan que cerrarlo, pues las cientos de especies que llegan año a año encuentran en él la ayuda necesaria para su supervivencia en estado salvaje. Aunque lo cierto es que, fruto de la crisis, cada vez la situación económica es más precaria.
Como muestra, existe un proyecto de mejora del centro que proporcionaría puestos de trabajo y una mejor calidad en las instalaciones para la fauna ingresada, lo que derivaría en un mayor número de éxitos en la recuperación de los animales. Pero lleva años encima de la mesa y, lejos de dar el sí al proyecto, se dedican a destinar cada vez menos fondos hasta el punto que han tenido que reducir la poca plantilla que tenían. Una lástima.
Sin duda, podríamos recorrer la península entera y encontrar miles de casos similares, en los que nuestros dirigentes muestran una ignorancia y un pasotismo indignos de personas con cargos tan importantes como los que ellos ocupan. Entiendo que es época de crisis, pero me temo que en tiempos más benignos económicamente la naturaleza tampoco ha recibido la ayuda debida por parte de las instituciones.
Y es que, generalmente, no da dinero como cualquier empresa. Sólo podemos obtener beneficios no tangibles pero que están ahí. Aún así, eso no significa nada para algunos... ¿Para qué sirve la protección de determinadas zonas o especies? ¿Qué beneficio económico directo se logra con ello?
Eso sí, a hacerse la foto "cara a la galería" con los animalitos heridos acuden raudos. ¿Pero a quién quieren engañar? A mí desde luego no.

¡Hasta la próxima entrada!



4 comentarios:

  1. Buenas Endika

    Interesante artículo y reportaje. Suscribo todo lo que comentas pero si me permites una sugerencia que podría ayudar a que la sociedad valore lo que allí se hace creo que se debería dar la posibilidad de visitar el centro, sin ánimo de convertirlo en un zologico claro, pero aprovechando que está en acceso a una ruta muy transitada como la que va al faro, ayudaría a que mucha gente vea y valore lo que allí se hace. Yo tuve la oportunidad de verlo por dentro cuando me acerque a entregar un ejemplar petroleado de arao en Laga cuando el desastre del Prestige, me dejaron verlo no sin antes hacerme de rogar despues de recorrer media bizkaia para entregar el citado arao. Pude ver mi 1º Abejero de cerca.
    SIn más es una sugerencia que igual no se puede llevar a la práctica pero cuando estaba en Carranza yo era de los que iba a verlo.
    Saludos y mucha suerte y ánimo a todos los implicados.

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    1. Hola Josean,

      Tengo entendido que grupos de escolares sí que pueden hacer visitas puntuales, pero yo no lo abriría al público en general. No al menos los voladeros y recintos de los animales más sensibles, puesto que no es conveniente que se acostumbren a la gente. De hecho, hubo un tejón hace un par de años que fue liberado y posteriormente se acercaba a la gente debido solamente al mínimo trato con los trabajadores del centro. Lo que sí me parecería buena idea sería permitir la entrada al edificio principal, donde suelen estar los reptiles y algún animal exótico que no sufrirían en exceso con el trasiego de visitantes. Aunque limitaría el cupo de gente. De todas formas, el director del centro sabe perfectamente qué es bueno y qué no, sobre todo para los animales, y tengo claro que si no está permitida la entrada es por razones de peso. Tal vez en el proyecto que hay encima de la mesa se contempla la posibilidad de recibir visitas asíduamente para el público en general, habilitando una zona concreta para animales troquelados.

      Un saludo y muchas gracias por comentar.

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  2. Muy chulo!!!.. Qué monos los tejoncillos.. U saludo-..

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    1. ¡Muchas gracias Ana! La verdad es que las crías de tejón eran una pocholada.
      Un saludo.

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