domingo, 10 de noviembre de 2013

LA MIRADA DE LA GARZA REAL

Con motivo de unas capturas mediante la técnica del digiscoping que realicé a una garza real Ardea cinerea en las marismas de Gauteguiz-Arteaga hace poco más de un mes, he decidido dedicar una entrada a esta especie. Una ardeida tranquila, paciente pero rápida y contundente a la hora de capturar a sus presas.
Estos son rasgos que definen a esta familia de aves. Sin embargo, en la garza imperial y la real son más notorios. La garza real es un ave estilizada de patas zancudas, largo cuello y alargado pico que lanzará como un misil hacia peces y anfibios, principalmente.

Esta es la mirada de la garza real Ardea cinerea, una gran cazadora.
Sus ojos de un bonito amarillo pálido, están preparados para que la refracción de la luz al traspasar la lamina de agua no les juegue una mala pasada en la pesca. La superficie de captura es muy pequeña por lo que ha de ser muy precisa si no quiere que se le escapen sus escurridizas víctimas. De esta forma, la evolución ha permitido a ésta y otras aves que dependen del medio acuático para procurarse alimento, una vista preparada contra las leyes de la física.



La lamina de agua desvía los rayos de luz, pues éstos pasan de un medio (aire) a otro medio diferente (agua) cambiando el ángulo de entrada derivado de la diferente velocidad de propagación en cada uno de ellos. Es decir, si una garza no tuviese la vista preparada para compensar este efecto óptico fallaría y no se podría alimentar sucumbiendo a la desnutrición y a la muerte, pues en la naturaleza impera la ley del más fuerte.

Garza real / Grey heron.
Únicamente los más preparados transfieren sus genes a las siguientes generaciones en un sistema que puede llevar a una especie al éxito, pese a que no siempre es así. No obstante, estamos indudablemente ante una exitosa especie que sabe explotar su nicho ecológico a tal nivel que su distribución ocupa los continentes de Europa (incluyendo la parte noruega del círculo polar ártico), Asia y África. Además, en América y Oceanía tienen a sus propias "garzas reales" con un aspecto muy parecido al de nuestra A. cinerea como la gran garza azulada A. herodias (Norteamérica), la garza mora A. cocoi (Centro y Sudamérica) y la garza de Sumatra A. sumatrana (Oceanía).



Para los que os gusten este tipo de curiosidades la garza más grande del mundo también pertenece al género Ardea, no siendo otra que la Garza goliat A. goliath, que puede alcanzar los 230 cm de envergadura alar frente a los 195 cm de nuestra garza real. Un nombre muy adecuado para esta enorme especie africana.

Así pues, me despido no sin antes mencionar la presencia de otra magnífica ardeida, el avetoro común Botaurus stellaris, en las marismas de Gauteguiz-Arteaga (Reserva de la Biosfera de Urdaibai). ¿Conseguiré disfrutar de él este año a través del ocular de mi telescopio? Espero y deseo que en las próximas semanas salgamos todos de dudas.

¡Hasta la próxima entrada!

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