domingo, 30 de septiembre de 2012

REPRODUCCIÓN DE CURRUCA CARRASQUEÑA EN SIERRA SALVADA

En el mioceno, hace aproximadamente 12 millones de años el ancestro común de los sílvidos (familia que actualmente sólo alberga a las currucas) comenzó a diversificarse.

Ejemplar macho de curruca capirotada Sylvia atricapilla.
Tal diversificación convirtió aquella curruca ancestral en multitud de especies diferentes en función de los hábitats en los que se iban especializando. Por ello, hoy podemos distinguir diferentes grupos como currucas desérticas (S. nana, S. deserticola), forestales (S. borin, S. atricapilla) y mediterráneas (S. undata, S. melanocephala, S. conspicillata). Las especies mediterráneas se adaptaron para alimentarse principalmente de insectos, con un pico más fino y apuntado que las más frugívoras currucas capirotadas y mosquiteras.
Hace unos meses, en plena época estival, hallé en Sierra Salvada un bonito macho de curruca carrasqueña con comportamientos inequívocamente reproductivos.

Curruca carrasqueña Sylvia cantillans.
Se movía constantemente por la misma zona, internándose repetidas veces en un acebo Ilex aquifolium con orugas verdes Lepidoptera que recogía en las proximidades y saliendo de él sin las mencionadas larvas.

Aquí se puede apreciar una de las citadas orugas en el pico del macho.
Aquel comportamiento evidenciaba que la hembra se encontraba incubando y era el precioso macho de blancos bigotes el encargado de alimentarla durante tan ardua tarea.

Curruca carrasqueña / Subalpine warbler
Aún así, el trabajo de la incubación es llevado a cabo por los dos miembros de la pareja, relevándose cada cierto tiempo.

Curruca carrasqueña
El nido (a juzgar por la altura a la que entraba y salía el macho) se encontraba a 1,5 m, dentro del rango de altura típico de la especie (1-1,5 m).

Txinbo papargorriska.
Lo más interesante del asunto es que no se tienen citas de parejas reproductoras en toda Sierra Salvada, ni siquiera en las zonas circundantes (según el Atlas de Reproductoras de España y la información proporcionada amablemente por J. M. Pérez de Ana).

Subalpine warbler / Txinbo papargorriska
Además, a pesar de que no puedo afirmarlo categóricamente, es muy probable que sea la pareja de currucas carrasqueñas S. cantillans que ha criado más cerca de tierras vizcaínas, concretamente a un kilómetro escaso.

Curruca carrasqueña Sylvia cantillans.
La altitud es un dato característico de la especie al que hace referencia su nombre en inglés, subalpine warbler. En este caso el nido estaba situado a unos 850 m sobre el nivel del mar, aunque está especie puede criar incluso a los 2000 m.

Zona cercana al acebo donde se encontraba el nido.
El hábitat se podría describir como pastizal montano con matorral. Enebro común Juniperus communis, endrino Prunus spinosa, espino albar Crataegus monogyna, acebo Ilex aquifolium, brezo Erica sp. son las especies predominantes en el estrato arbustivo; en el arbóreo, en cambio, algunos ejemplares de encina Quercus ilex y roble melojo Quercus pyrenaica. Así y todo, los hayedos Fagus sylvatica y pinares jóvenes Pinus sylvestris de la sierra se encuentran muy próximos.

El lugar exacto era más denso en cuanto a arbustos de lo que podemos ver en esta imagen.
Finalmente, me gustaría recalcar que el tiempo que permanecí cerca de la pareja fue mínimo, alejándome una vez comprobado (a través del comportamiento del macho) que realmente había un nido en el interior del acebo.

Curruca carrasqueña.
Asimismo, pude constatar que no entorpecí en ningún momento la ceba del macho a la hembra pues salía y entraba con aparente indiferencia hacia mi persona.

Subalpine warbler
Unas fotos de otros seres de aquella jornada veraniega:

Aglais urticae
Linum viscosum
Cicindela campestris
Coenonympha arcania
Sedum acre
¡Hasta la próxima entrada!

domingo, 9 de septiembre de 2012

FALAROPO PICOFINO EN GAUTÉGUIZ-ARTEAGA

Tras 15 días habitando y colaborando en calidad de voluntarios en el Bird Center de Urdaibai, tuvimos la suerte de observar un ave poco común: el falaropo picofino (Phalaropus lobatus).
En próximas entradas hablaremos del anillamiento de las aves de Urdaibai en las diferentes estaciones en las que hemos estado, aprendiendo e iniciando nuestra formación como posibles anilladores en el futuro, pero la atención total del blog la ocupa hoy esta extraña ave venida del Norte.
No es tan raro verlo como al falaropo de Wilson (Phalaropus tricolor), divagante norteamericano que también ha sido observado en las marismas de Arteaga, pero su visión, sin duda, es un privilegio.
Nos encontrábamos Jon y yo ayudando en la colocación de un nuevo posadero para las águilas pescadoras (Pandion haliaetus) en el interior de la marisma cuando recibimos la noticia, por parte de Jon Hidalgo, de la presencia de un falaropo picofino alimentándose justo en frente del observatorio de Orueta. Allí es donde lo avistamos por primera vez, gracias a la amabilidad de dos observadores que nos prestaron momentaneamente sus telescopios para poder disfrutar del escolopácido.

Fotografía realizada mediante digiscoping del ejemplar en cuestión.
Según la guía de L. Svensson, la ruta migratoria de esta especie se encuentra lejos de la península, partiendo desde la tundra del Gran Norte europeo y ruso para llegar al mar de Arabia donde lleva una vida pelágica. Aún así, las aves escandinavas, británicas e islándicas a penas paran en el continente europeo.
Si nos fiamos del mapa de distribución que aparece en Wikipedia, me viene a la cabeza la posibilidad de que algún picofino originario de Gran Bretaña o Islandia se vea obligado a cruzar la península ibérica para alcanzar sus cuarteles de invierno tropicales en la costa Oeste africana. Por lo que su estancia en alguna marisma litoral o laguna interior no es tan complicada, habiendo varios casos anuales de ejemplares en paso. Además, era un ejemplar joven mudando a 1er invierno, a juzgar por las líneas amarillas del dorso, por lo que es posible que su inexperiencia le haya llevado a realizar una parada en Urdaibai para reponer energías. Los falaropos, al igual que el chorlito carambolo (Charadrius morinellus) y los torillos (Turnix sp.), tienen los roles sexuales invertidos, siendo las hembras de colores más llamativos que los machos.


 ¡Hasta la próxima entrada!


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