En el mioceno, hace aproximadamente 12 millones de años el ancestro común de los sílvidos (familia que actualmente sólo alberga a las currucas) comenzó a diversificarse.
Tal diversificación convirtió aquella curruca ancestral en multitud de especies diferentes en función de los hábitats en los que se iban especializando. Por ello, hoy podemos distinguir diferentes grupos como currucas desérticas (
S. nana,
S. deserticola), forestales (
S. borin,
S. atricapilla) y mediterráneas (
S. undata,
S. melanocephala,
S. conspicillata). Las especies mediterráneas se adaptaron para alimentarse principalmente de insectos, con un pico más fino y apuntado que las más frugívoras currucas capirotadas y mosquiteras.
Hace unos meses, en plena época estival, hallé en Sierra Salvada un bonito macho de curruca carrasqueña con comportamientos inequívocamente reproductivos.
Se movía constantemente por la misma zona, internándose repetidas veces en un acebo
Ilex aquifolium con orugas verdes
Lepidoptera que recogía en las proximidades y saliendo de él sin las mencionadas larvas.
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Aquí se puede apreciar una de las citadas orugas en el pico del macho. |
Aquel comportamiento evidenciaba que la hembra se encontraba incubando y era el precioso macho de blancos bigotes el encargado de alimentarla durante tan ardua tarea.
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Curruca carrasqueña / Subalpine warbler |
Aún así, el trabajo de la incubación es llevado a cabo por los dos miembros de la pareja, relevándose cada cierto tiempo.
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Curruca carrasqueña |
El nido (a juzgar por la altura a la que entraba y salía el macho) se encontraba a 1,5 m, dentro del rango de altura típico de la especie (1-1,5 m).
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Txinbo papargorriska. |
Lo más interesante del asunto es que no se tienen citas de parejas reproductoras en toda Sierra Salvada, ni siquiera en las zonas circundantes (según el Atlas de Reproductoras de España y la información proporcionada amablemente por J. M. Pérez de Ana).
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Subalpine warbler / Txinbo papargorriska |
Además, a pesar de que no puedo afirmarlo categóricamente, es muy probable que sea la pareja de currucas carrasqueñas
S. cantillans que ha criado más cerca de tierras vizcaínas, concretamente a un kilómetro escaso.
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Curruca carrasqueña Sylvia cantillans. |
La altitud es un dato característico de la especie al que hace referencia su nombre en inglés, subalpine warbler. En este caso el nido estaba situado a unos 850 m sobre el nivel del mar, aunque está especie puede criar incluso a los 2000 m.
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Zona cercana al acebo donde se encontraba el nido. |
El hábitat se podría describir como pastizal montano con matorral. Enebro común
Juniperus communis, endrino
Prunus spinosa, espino albar
Crataegus monogyna, acebo
Ilex aquifolium, brezo
Erica sp. son las especies predominantes en el estrato arbustivo; en el arbóreo, en cambio, algunos ejemplares de encina
Quercus ilex y roble melojo
Quercus pyrenaica. Así y todo, los hayedos
Fagus sylvatica y pinares jóvenes
Pinus sylvestris de la sierra se encuentran muy próximos.
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El lugar exacto era más denso en cuanto a arbustos de lo que podemos ver en esta imagen. |
Finalmente, me gustaría recalcar que el tiempo que permanecí cerca de la pareja fue mínimo, alejándome una vez comprobado (a través del comportamiento del macho) que realmente había un nido en el interior del acebo.
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Curruca carrasqueña. |
Asimismo, pude constatar que no entorpecí en ningún momento la ceba del macho a la hembra pues salía y entraba con aparente indiferencia hacia mi persona.
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Subalpine warbler |
Unas fotos de otros seres de aquella jornada veraniega:
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Aglais urticae |
¡Hasta la próxima entrada!
Muy buena entrada de la curruca,en su habitat natural.Saludos
ResponderEliminarMuy chulo.
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