martes, 18 de octubre de 2011

EIDER EN GETXO

Este domingo dediqué la tarde a observar y fotografiar al eider común (Somateria mollissima borealis) que ha decidido pasar unos días en Getxo. Me enteré de su presencia el sábado, gracias al blog de Javier Cañadas "Aves del Cantábrico Oriental", y no sin rabia tuve que esperar al día siguiente para acudir a presenciar el espectáculo que ofrece siempre este pato marino.

Eider común (Somateria mollissima).
Los eideres son patos de una belleza singular. Tienen un aspecto muy característico, con su potente pico y porte robusto, además de los llamativos colores de los que hacen gala.

Era un macho de segundo invierno.
En el mundo existen 4: el eider común, el único que puede verse con cierta regularidad en nuestras costas; el eider real (Somateria spectabilis), el eider de Fischer (Somateria fischeri) y el eider de Steller (Polysticta stelleri).
Los 4 son marinos, poseen un  acusado dimorfismo sexual y se alimentan de crustáceos, moluscos y erizos de mar.

Common eider.
Eider común / Eider arrunta.
No se ve excesivamente bien, pero tiene un mejillón en el pico.
Llegué sobre las 5 de la tarde al muelle de Arriluce, donde debía encontrarse, aunque no era seguro que siguiera todavía allí. El primer vistazo me decepcionó, pues no vi al eider, pero avanzando casi hasta el final del muelle observé la silueta lejana del pato.
La distancia era excesiva para poder realizar alguna foto, mas, para mi sorpresa, comenzó a acercarse hacia mi posición. Empezé a tirarle las primeras fotos y poco a poco veía a través del visor como la distancia se acortaba cada vez más hasta quedarse junto al mismo muelle. Lo tenía tan cerca que no me hacían falta los prismáticos.

La subespecie borealis se distingue por poseer el pico amarillo, al contrario que la nominal que tiene el pico verdoso.


Es una especie preciosa.
Poco después caí en la cuenta de que el eider se acercaba sistemáticamente para alimentarse de los mejillones que abundan en la pared del muelle, alejándose el resto del tiempo a una distancia prudencial, tal vez para poder limpiarse las plumas con tranquilidad.

Aquí una foto de una de las numerosas zambullidas que realizó durante la tarde.
La distribución de esta anátida se encuentra a lo largo del hemisferio norte, desde la costa occidental de Alaska hasta la costa oriental de Rusia, pasando por Canadá, Sur de Groenlandia, Islandia, Norte de Gran Bretaña, Escandinavia y las islas Aleutianas; dividiéndose en 6 subespecies diferentes: Somateria mollissima mollissima (Europa), Somateria mollissima faeroeensis (Islas Feroe), Somateria mollissima v-nigra (Pácifico Norte), Somateria mollissima borealis (Atlántico Norte, a la que puede pertenecer el ejemplar de El Abra), Somateria mollissima sedentaria (Bahía de Hudson), Somateria mollissima dresseri (Península de Labrador).

Eider común macho de segundo invierno (Somateria mollissima).
Anidan colonialmente y cerca del mar, ya que es ahí donde encuentran su alimento. Los nidos son forrados con el plumón de la hembra, el mismo que usamos los humanos para fabricar edredones.

Eider común / Common eider.
Esta postura la adoptaba en multitud de ocasiones.
Un bando de 37 vuelvepiedras (Arenaria interpres) hacía las delicias de los paseantes mientras el sol se escondía detrás del monte Serantes. Ya no podría sacar más fotos, pero me fui más que satisfecho por los grandes avistamientos de los que pude disfrutar en Getxo.

Vuelvepiedras común (Arenaria interpres).




Endika

sábado, 15 de octubre de 2011

DE PAJAREO EN LAS CAÑAS II

Tras una buena noche de descanso, despertarse en el campo con los cantos de los oropéndolas (Oriolus oriolus) es toda una experiencia. Este hecho fue el que me llevó a dar una vuelta a las 7 de la mañana. Fui sin cámara, de lo que me arrepentiría poco después.

Puerta de la Ermita de Cuevas.
Decidí ir en busca de los oropéndolas a ver si podía ver alguno. Seguía su canto como las polillas siguen a la luz y, cerca de la Ermita de Cuevas, descubrí el árbol donde se encontraba uno de estos maravillosos pájaros. Obviamente, no estaba a la vista pero esperé varios minutos a ver si se colocaba en una de las ramas que se situaban dentro de mi campo de visión. No lo hizo, pero salió volando, y teniendo en cuenta lo cerca que me encontraba del árbol, pude ver claramente que era un macho.
Empezaba bien el día. Con la observación del Oriolus aún en la retina comencé a escuchar los reiterados reclamos de un bando de abejarucos (Merops apiaster) que volaban encima de un campo de siega, entre un viñedo y el bosquete de pino carrasco que comenté en la anterior entrada. Me senté al borde de una ladera y me dispuse a disfrutar de estos bellos insectívoros.

Abejaruco común (Merops apiaster).
Sediento de más, me levanté al poco para internarme en la pequeña arboleda de pino carrasco (Pinus halepensis), sorprendiendo a varias palomas torcaces que pronto comenzaron a arrullar magníficamente a la sombra de las coníferas.

Paloma torcaz (Columba palumbus).
Encontré una pluma de esta especie de paloma que no dudé en guardarme en el bolsillo. Me topé con multitud de habitantes en el pequeño pinar: agateadores comunes, un pico picapinos, reyezuelos listados y 3 papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca).

Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) fotografiado en Txoriherri.
Teniendo eCn cuenta el tamaño de la arboleda no era una cantidad nada despreciable, además todavía me quedaban algunos por descubrir, como las tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) o un nervioso mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli) que no paraba de saltar por las ramas de los preciosos carrascos.

Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli).
Un bando de jilgueros se alimentaba en las inmediaciones y un águila calzada me llevó a acercarme al viñedo, en el que a su vez, escucharía a la perdiz roja (Alectoris rufa). Me asomé por una de las filas del viñedo y ahí estaba, correteando a lo largo de la línea para meterse un par de metros después entre las vides. Para mi sorpresa, asomándome en otra fila para intentar descubrir otra perdiz, pillé a dos conejos comunes (Oryctolagus cuniculus) que fueron bastante más confiados que el fasiánido.
Para este momento, mi arrepentimiento por no haber llevado la cámara era total, pero al menos disponía de los prismáticos.
Regresé a la tienda y rápidamente nos pusimos rumbo a Las Cañas, aunque no sin antes escuchar a las insistentes currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala) que clamaban en los arbustos.

Curruca cabecinegra macho (Sylvia melanocephala) fotografiada en La Galea.
Hoy sólo daríamos un rodeo al embalse, lo justo para observar a los somormujos lavancos, cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) y ardéidas que allí se encontraban. Los ánades reales y porrones europeos también eran abundantes.

Somormujos lavancos (Podiceps cristatus), cría y adulto.
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).
Pareja de ánades reales (Anas platyrhynchos).
Alguna gallineta común decidió salir de su escondite entre los carrizos permitiéndonos disfrutar de ellas durante varios minutos. La valiente pareja de laguneros no dejaba de vigilar su territorio, aunque una calzada de fase clara se coló en sus dominios librándose además de posibles represalias.

Águila calzada (Hieraaetus pennatus).
Un último vistazo con el telescopio a la laguna y nos pondríamos rumbo al Ebro, nuestro objetivo de la jornada. No vimos nada especial. Ni los tarros canelos del día anterior, ni garzas imperiales, ni tampoco martinetes. Aunque los patos colorados no faltaron a la cita.

Garza imperial (Ardea purpurea) fotografiada el año anterior en Las Cañas.
Martinete (Nycticorax nycticorax) fotografiado el año anterior en Las Cañas.
Ya en camino, vimos que el paisaje era el de siempre: viñedos, campos, olivares y más viñedos. Atravesando los prados, dimos con varias collalbas grises (Oenanthe oenanthe) e incluso un bisbita campestre (Anthus campestris), pero no serían los únicos avistamientos. Una pareja de cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) sobrevoló nuestras cabezas.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe).
Uno de los dos adultos de cigüeña blanca (Ciconia ciconia) que cría en Forua (Urdaibai).
Tratando de divisar a algún mochuelo en una construcción de piedra en ruinas observamos una pareja de cernícalos primillas (Falco naumanni) saliendo de dicho lugar, dejándonos disfrutar de ellos durante un buen rato.

Hembra de cernícalo primilla (Falco naumanni).
El cardo Echinops ritro coloreaba de azul los bordes de los caminos, y en los taludes, hallamos numerosos nidos (ya vacíos) de abejarucos comunes que inevitablemente retrasaron nuestra marcha.

Echinops ritro.
Nidos de abejarucos comunes.
Como es natural, en los hábitats en los que nos internamos, sólo pudimos disfrutar de los típicos líquenes Physcia aipolia y Xanthoria parietina, ya que los árboles son escasos.
La planta Limonium sp., hermosamente florida, aparecía escasamente en los taludes mientras una pareja de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) huían a las alturas rodeando a un buitre leonado (Gyps fulvus).

Limonium sp.
Pareja de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) junto a buitre leonado (Gyps fulvus).
A lo lejos, descubrimos la línea de vegetación ribereña que sin duda pertenecía al Ebro y hacia allí dirigimos nuestros pasos. Al llegar, una gran plantación de chopos nos regaló un poco de sombra, díficil de encontrar por estos lares.

Plantación de chopos (Populus nigra) junto al Ebro.
Al alcanzar el borde del gran río sentimos una sensación especial. El sonido e hipnotizante movimiento del agua nos obligó a detenernos y descansar, mientras en la otra orilla, un andarríos chico y una garceta común luchaban por sobrevivir.

El río Ebro.
Tras recuperar un poco la noción del tiempo nos levantamos y seguimos un sendero que nos llevaría a Las Cañas. Las lavanderas blancas (Motacilla alba) y los zarceros comunes (Hippolais polyglotta) eran las especies que aparecieron en mayor número.

Zarcero común (Hippolais polyglotta).
El itinerario era tranquilo, una tranquilidad sólo rota por unos 30 aviones comunes que se alimentaban en las alturas y un ratonero común (Buteo buteo) al que sorprendimos muy cerca del camino, obligándole sin querer a alzar el vuelo.

Busardo ratonero (Buteo buteo).
No tardamos en llegar a las inmediaciones del embalse. 2 invertebrados, de los pocos observados durante nuestra estancia en tierras navarras, aparecieron cerca: un díptero de la subfamilia Anthraciinae y la libélula Sympetrum fonscolombii.

Díptero de la subfamilia Anthraciinae.
Macho de Sympetrum fonscolombii.
Seguíamos disfrutando de los viñedos y, en uno de ellos, descubrimos un macho de alcaudón común que parecía otear el entorno en busca de presas.
Volvimos a la charca donde el día anterior pudimos deleitarnos con las ranas comunes, pudiendo fotografiar esta vez a un macho y a un visitante introducido como es el cangrejo de río americano (Procambarus clarkii).

Macho de rana común (Pelophylax perezi).
Cangrejo de río americano (Procambarus clarkii).
En los campos no paraban de moverse las cogujadas comunes (Galerida cristata), aunque para mi desgracia siempre mantenían las distancias. Tal vez era mejor así.

Cogujada común (Galerida cristata).
Una vez en la Ermita, nos llevamos una sorpresa. Una gran avispa se movía por los alrededores y la seguimos hasta el pórtico. Poseía unas patas largas y un tórax finísimo que le confería un extraño aspecto. Era una Sceliphron spirifex y debía estar realizando labores de mantenimiento en su nido, el cual estaba hecho de barro y tenía un tamaño nada despreciable.

Nido y ejemplar de Sceliphron spirifex.
El viaje tocaba a su fin a la vez que el día nos despedía con la suave luz del atardecer. Los cantos y reclamos de agateadores, abejarucos, perdices, pardillos, oropéndolas y palomas torcaces se desvanecían para dar paso a los reclamos de mochuelos y autillos (Otus scops).

Pardillo común macho (Carduelis cannabina).
Como colofón final quisimos conversar con los pequeños autillos tratando de imitarles por medio de silbidos. Atraer a 2 o 3 de estas pequeñas rapaces nocturnas en la noche navarra, es una experiencia difícil de olvidar. Un ejemplar se posó muy cerca, tan cerca que podíamos tocar el árbol en el que se encontraba sin que se asustara, aunque el follaje ocultaba su críptica silueta. Fue un momento muy emocionante pero breve, pues no somos amigos de molestar demasiado a los animales.
Nos dio pena regresar a Bilbao. Lo vivido en Las Cañas y alrededores fue tan bonito, plagado de tantos momentos apasionantes que no podíamos sino sentir tristeza por nuestra marcha. Pero volveremos, ya lo creo que sí.

Precioso paisaje del valle del Ebro, tan solo estropeado por los aerogeneradores.


Endika


martes, 11 de octubre de 2011

A 1O MILLAS DE SANTANDER

A 10 millas de Santander mar adentro, un día cualquiera como el 9 de octubre de 2011, te puedes encontrar con diversas especies que nosotros, animales terrestres, no podemos ver habitualmente.

Vuelvepiedras (Arenaria interpres).
Zuriñe y yo subimos al barco "Bahía de Santander" presagiando un buen día de avistamientos. Tal vez el viento del Noroeste de la noche anterior acercaría a más de una especie a las costas.
Tratamos de colocarnos en un lugar estratégico, pero el sitio elegido acabó siendo un tanto incómodo para la fotografía. Nada más salir del embarcadero, 3 charranes patinegros (Sterna sandvicensis) nos dieron la bienvenida a su hábitat, el mar. Al pasar junto a la Isla de Mouro, observamos a los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) apostados en rocas plagadas de hinojo marino (Crithmum maritimum) y a uno de los ejemplares de la pareja de halcones peregrinos (Falco peregrinus) que cría por la zona, el cual ha encontrado en el faro, desde hace tiempo, uno de sus posaderos favoritos desde donde atacar a las migratorias exhaustas que osen pasar por allí.

Cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) entre hinojo marino (Crithmum maritimum).

Halcón peregrino (Falco peregrinus).
En el islote de Corbera, en frente de Mouro, se encontraban los cormoranes moñudos (Phalacrorax aristotelis), más pequeños y estilizados que los grandes, de pico más fino y llamativa cresta presente sólo en la época nupcial.

Cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis).
Una vez cruzado el umbral de las islas, varios voluntarios comenzaron a lanzar "chum" por la borda con la intención de atraer a las gaviotas para crear una estela que atraiga al resto de pelágicas. Como siempre, las patiamarillas eran las gaviotas más abundantes, aunque alguna reidora (Larus ridibundus) y un gavión atlántico (Larus marinus) tuvieron a bien acercarse brevemente para obtener alimento fácil.
Este último, cleptoparásito por excelencia (como sus primos los págalos), persigue a otras gaviotas y aves marinas que siempre son más pequeñas que él, mas no pudimos ver ese comportamiento en vivo y en directo.

Gaviotas patiamarillas (Larus michahellis).

Gaviota patiamarilla de 3 cy.

Gaviotas patiamarillas  y gavión atlántico (izquierda) 1 cy.

Gaviota patiamarilla 1 cy.

Gaviota patiamarilla 1 cy.

Gaviota patiamarilla 3 cy.

Gaviota patiamarilla 1 cy.

Gaviota patiamarilla 4 cy.

Gaviota patiamarlla 3 cy.
Un negrón común (Melanitta nigra) volaba alto de Este a Oeste, la cosa se animaba.
No tuvimos que esperar mucho más para ver las primeras gaviotas sombrías (Larus fuscus), ni tampoco los primeros alcatraces atlánticos (Morus bassanus) en todas sus fases de edad. También nos deleitamos con algún ocasional picado de los enormes súlidos que se acercaban a poca distancia de la popa.

Alcatraz atlántico (Morus bassanus) de 4 cy.

Alcatraz atlántico de 2 cy.

Alcatraz atlántico de 3 cy.

Alcatraz atlántico de 3 cy.

Alcatraz atlántico de 3 cy.

Alcatraz atlántico de 4 cy.

Alcatraz atlántico de 2 cy.

Alcatraz atlántico de 3 cy.

Alcatraz atlántico 1 cy / Northern gannet 1 cy.

Alcatraz atlántico de 2 cy.
Posteriormente, llegaron los primeros págalos. Primero, un págalo parasito (Stercorarius parasiticus) y poco despúes un grande (Stercorarius skua), aunque a una distancia considerable. Los siguientes avistamientos serían más cercanos, sobre todo los de los "skua".

Págalo parásito 1 cy (Stercorarius parasiticus).

Págalo grande (Stercorarius skua).

Págalo grande sembrando el pánico entre las patiamarillas.

Págalo grande / Great skua.

Págalo grande.
Las persecuciones se iban sucediendo una tras otra: págalos grandes detrás de sombrías, patiamarillas e incluso algún joven alcatraz y págalos parásito y rabero (Stercorarius longicaudus) detrás de marinas más modestas como charranes.
Los charranes comunes (Sterna hirundo) comenzaron a acercarse con cierta asiduidad y las pardelas empezaron a hacer acto de presencia.

Charrán común (Sterna hirundo).
Las sombrías (Puffinus griseus) fueron las más habituales y cuantiosas pero pudimos disfrutar de una balear (Puffinus mauretanicus) y de las bellas capirotadas (Puffinus gravis). Para diferenciar las dos primeras, debemos fijarnos en el vientre, claro en la balear y oscuro en la sombría, a simple vista únicos rasgos diferenciadores ya que comparten la parte superior de alas, dorso y cabeza oscuras, y parte inferior de alas de un blanco sucio. La capirotada es más fácil de distinguir, puesto que es blanca por debajo y posee un capirote marrón oscuro que le da nombre.

Pardela sombría (Puffinus griseus).

Pardela capirotada (Puffinus gravis).
El protagonista del día no se hizo esperar, un págalo pomarino (Stercorarius pomarinus) de fase clara que se acercó a la popa e incluso posó en vuelo, pues era la estrella, aclamado por todos en sus acercamientos al barco. Sencillamente precioso.

Págalo pomarino (Stercorarius pomarinus).

Págalo pomarino / Pomarine skua.

Realmente, este págalo es precioso, aunque los morfos claros del parásito y el rabero son también una maravilla.

Págalo pomarino.

Verdaderamente imponente.

Stercorarius pomarinus.

Págalo pomarino.

Págalo pomarino.
El regreso nos brindó nuevas observaciones de pardelas y págalos, pero lo mejor, sin duda, había pasado.

Ese alcatraz tiene un aspecto bastante prehistórico, me recuerda a un pterosaurio.
Esperemos que la salida del día 30 (mismo lugar, mismo barco) no se suspenda por falta de asistentes. Animo a todos los que podaís a acercaros a la bahía de Santander para disfrutar del espectáculo que siempre brindan las aves marinas.

Endika

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