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miércoles, 23 de abril de 2014

PRIMAVERA EN BIZKAIA

En las últimas salidas que he realizado por Bizkaia aún no he notado el paso de migrantes (pero sí cierto goteo), pese a que ya he observado algunas aves estivales y otras que se encuentran de camino a sus territorios de reproducción en el norte europeo. Los primeros en ser detectados fueron los mosquiteros ibéricos Phylloscopus ibericus que sustituyeron a los comunes en los bosques de la provincia. Días más tarde, los mosquiteros musicales Phylloscopus trochilus dejaron escuchar su bonito canto por el que son llamados "warbler" en inglés, a diferencia del común y el ibérico cuyo nombre es "chiffchaff". Dicha distinción no existe en nuestro idioma, pues todos son llamados mosquiteros.

Mosquitero ibérico Phylloscopus ibericus.

lunes, 16 de abril de 2012

GAUTEGUIZ-ARTEAGA: EL PUEBLO DE LOS PÁJAROS

Gauteguiz-Arteaga es un pueblo emplazado dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y, en él, se realizó hace pocos años una obra que consistió en crear un pequeño humedal que pudiese albergar con el tiempo interesantes e importantes especies orníticas.

Imagen de una zona del pueblo con el monte de San Miguel de Ereñozar a la izquierda.
Tras dar ese primer paso, se comenzó a erigir el Urdaibai Bird Center, un centro de investigación y divulgación de gran importancia que trabaja en coordinación con otros centros Europeos.

Urdaibai Bird Center, situado justo al borde de la marisma.
Existe una estación de anillamiento en la que se llevan a cabo labores de seguimiento de las especies que pasan por el humedal, poniendo especial énfasis en las migratorias como el carricerín cejudo, cuyo reclamo pude escuchar desde el centro gracias al método de Radio-Tracking.
El último gran avance ha sido la construcción de 2 observatorios estratégicamente colocados, que permiten mayor comodidad y mejor visión de las especies que permanecen en este lugar. También trabajan en el aislamiento del humedal con barreras vegetales de laurel (Laurus nobilis), lo que posibilitará que la estancia de las aves no se vea alterada por la presencia de personas que pasean alrededor.

Viola sylvestris.
El último mes lo he visitado en 3 ocasiones, pero me centraré en la visita del pasado 1 de Abril. El número total de especies fue de 68, una cantidad nada despreciable.

Petirrojo (Erithacus rubecula).
Al bajarme del autobús delante del ayuntamiento del pueblo, siempre me dirijo hacia el Castillo de Gauteguiz-Arteaga. Por el camino, escucho los cantos de verderones y verdecillos desde lo alto de los árboles de los jardines de las casas.
Los gorriones comunes y las tórtolas turcas vuelan constantemente de un lado a otro y en gran número.

Tórtola turca (Streptopelia decaocto).
A medida que aparece el arbolado "natural" aumenta el número de especies: mosquiteros comunes, carboneros comunes, herrerillos comunes, petirrojos, mirlos, zorzales comunes, agateadores comunes... todos ellos cantando con alegría en una neblinosa mañana.

Mirlo común (Turdus merula).
Justo antes de alcanzar el mencionado castillo, preparo el telescopio para inspeccionar cada rincón de un prado que siempre me obsequia con interesantes observaciones. En mi ocular aparece la amarilla silueta de un macho de lavandera boyera ibérica (Motacilla flava iberiae) moviéndose inquieta por la hierba.


Lo acompañan bisbitas comunes y lavanderas blancas y, a lo lejos un zorzal común y un precioso macho de collalba gris comparten plano en su búsqueda de alimento.

Lavandera blanca (Motacilla alba).
Los pinzones vulgares se suman a la fiesta e incluso un pardillo común decide permanecer allí unos segundos antes de emprender el vuelo.
Ya junto al castillo, busco entre las ramas de los árboles y campas aledañas y me topo con un mito, un zorzal común y varios mirlos comunes. Escucho el corto canto del agateador común y sigo avanzando en dirección hacia el observatorio de Ozollo.

Zorzal común (Turdus philomelos).
A mi lado, se extienden grandes prados en los que he divisado multitud de rapaces como azores, aguiluchos pálidos, abejeros, aguilillas calzadas y busardos ratoneros, pero en esta ocasión, aparece un macho de aguilucho lagunero perseguido por una corneja negra.

Hembra de aguilucho lagunero fotografiada en Marzo en la marisma.
Tras contemplar el espectacular lance, disfruto con una curruca capirotada hembra que se mueve en un sauce de manera nerviosa mientras un chochín asoma entre los arbustos. Unos pasos más adelante consigo avistar a 3 jilgueros posados en una rama y en ese mismo instante sobrevuelan mi cabeza numerosos aviones zapadores.

Chochín (Troglodytes troglodytes) acurrucado en una rama.
Una vez en el interior del observatorio, comienzo a examinar cada rincón del humedal para no perder detalle. Lo primero que veo son anátidas. Un buen número de cercetas comunes y ánades reales son acompañados por silbones europeos, ánades frisos y rabudos, llenando estos últimos el humedo ambiente de sus característicos reclamos.

Vídeo tomado el pasado mes en Arteaga.

Realizo diversos barridos con mi Kowa y doy con un morito común, especie que ya había visto en mis visitas de Marzo. Actualmente se puede ver un grupo de 11 ejemplares en el humedal.


Tengo a un grupo de aviones zapadores cerca, que descansan sobre una rama seca en mitad de la lamina de agua. Debe de haber más de cien.
Me fijo bien en el carrizo, pues hay un avetoro en el humedal, pero en su lugar aparece una garza imperial que sale de su escondite.

Una vista del humedal coronado por el Castillo de Gauteguiz-Arteaga y el monte de San Miguel de Ereñozar, con sus laderas cubiertas de encinas cantábricas.
Disfruto varios minutos de las fochas comunes que se encuentran a poca distancia pero una rapaz veloz llama mi atención: se trata de un macho de gavilán común, que acaba posándose en un sauce cercano, cuyas ramas me imposibilitan filmarlo a través del telescopio.
A lo lejos, un grupo de cormoranes grandes descansa en el mismo tronco desnudo de siempre y, cerca, una garceta grande se mueve con la elegancia y paciencia de la que siempre hace gala esta especie.


Igual de paciente, una garza real se aventura entre los carrizos, tal vez tratando de capturar alguna de las ranas comunes que cantan sin cesar en el agua.

Garza real (Ardea cinerea) vadeando las aguas de la marisma.
Rebusco en los islotes de tierra para tratar de ver alguna limícola y, lo primero que observo, no sin cierta tristeza, es que las avefrías ya han abandonado el humedal.

Bando de avefrías (Vanellus vanellus) fotografiado el pasado mes en Arteaga.
 Aún así, todavía puedo disfrutar de una espátula común que se afana en conseguir alimento filtrándolo por su especializado pico.
Este año ha habido record de esta ave, símbolo de Urdaibai, en el humedal (pinchad aquí para ver el vídeo).

Ya va siendo hora de dirigirse al observatorio de Orueta, situado justo en la otra punta de la marisma. Por el camino,  un macho de gorrión molinero reclama en el mismo tejado donde suelo ver casi siempre varios ejemplares de esta especie de gorrión, que se habrá visto favorecida por la cantidad de cajas-nido que ha colocado la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

Gorrión molinero (Passer montanus).
Cerca, un cable sustenta un grupo mixto de golondrinas comunes y aviones zapadores.

Golondrina común (Hirundo rustica).
En el cielo un busardo ratonero planea y un cernícalo vulgar se cierne a poca distancia del suelo, casi seguro ha dado con alguna presa.

Busardo ratonero (Buteo buteo) planeando.
Una vez dentro, la cantidad de personas que se encuentran observando atentas la lamina de agua, me hace pensar que  hay mucho que ver. Coloco mi ojo en el ocular e iniciando un barrido por la derecha, diferencio la silueta de 3 garzas imperiales camufladas entre el carrizo. Junto a ellas, diversas anátidas de las especies ya citadas y unas 6 cucharas comunes.

El observatorio de Orueta.
Los zampullines comunes nadan luciendo con orgullo su librea nupcial y más a la izquierda, un grupo de ánades frisos descansa tranquilamente.

Vuelvo a buscar alguna limícola y esta vez sí tengo éxito. 3 agachadizas comunes se alimentan junto a 2 archibebes comunes y uno oscuro. A lejos consigo distinguir un ejemplar joven de combatiente, aunque ya pude ver 4 el pasado mes, uno de ellos de variedad clara.


Un pequeño bando de archibebes claros descansa junto a la espátula común y en uno de los islotes, otra lavandera boyera ibérica se mueve inquieta.


Escucho un rascón europeo y delante de mí, en la rama de un sauce, se posa un papamoscas cerrojillo que se deja fotografiar durante unos segundos.

Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca).
En los límites del carrizal se mueven las gallinetas comunes y siguiendo a una de ellas me topo con un nido de fochas comunes que, casualmente, está ocupado por 2 simpáticos polluelos.


Poco después se esconden los pequeños y descubro el por qué: un gato doméstico.

Una de las garzas imperiales se expone sin previo aviso muy cerca del observatorio. A su vez, una horda de aviones zapadores la rodea con sus ágiles vuelos de hirundínidos.


Llego a distinguir a cierta distancia un pequeño bisbita alpino con el plumaje nupcial. Algo más abajo, una cigüeñuela común camina con sus largas patas  metiendo el pico de cuando en cuando en el agua en busca de invertebrados.
Aproximándose a ella se encuentra una lavandera boyera que, pese a la distancia, logro identificarla como de la subsp. thunbergii, originaria de Fennoscandia.


Buceo entre anátidas y me topo con un macho de cerceta carretona echado en uno de los islotes del humedal.
Ya es tarde y, como despedida, intento detectar algún paseriforme palustre en la punta de los carrizos. Consigo mi objetivo, pues una pareja de escribanos palustres (macho con plumaje nupcial) permanecen juntos a la suficiente distancia como para poder disfrutar de los detalles de sus crípticos plumajes útiles para mimetizarse con los carrizos. Un avistamiento inmejorable como despedida.
Al avetoro lo intentaré observar en mi siguiente visita, pienso mientras recojo los bártulos y camino hacia la parada de autobús.

Sin duda, Arteaga se ha convertido en mi lugar preferido para la observación de aves. Permite variedad, cantidad, rarezas y tranquilidad. A parte de la posibilidad de aprender más mediante los seminarios que se imparten en el Urdaibai Bird Center. Desde luego, os recomiendo una visita a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, pero Arteaga debe ser una parada obligada.
Para saber más, ésta es la web: http://www.birdcenter.org/

También os dejo la lista de las especies observadas en mis últimas 3 visitas:


Nombre de especieNombre científicoN.º de visitas vistasRecuento máximo
1. Ánsar ComúnAnser anser 21
2. Silbón EuropeoAnas penelope 332
3. Ánade AzulónAnas platyrhynchos 330
4. Ánade FrisoAnas strepera 331
5. Ánade RabudoAnas acuta 39
6. Cuchara ComúnAnas clypeata 36
7. Cerceta ComúnAnas crecca 326
8. Cerceta CarretonaAnas querquedula 26
9. Pato MandarínAix galericulata 11
10. Zampullín ComúnTachybaptus ruficollis 35
11. Espátula ComúnPlatalea leucorodia 34
12. Morito ComúnPlegadis falcinellus 32
13. Garcilla BueyeraBubulcus ibis 28
14. Garceta ComúnEgretta garzetta 35
15. Garceta GrandeCasmerodius albus 32
16. Garza RealArdea cinerea 38
17. Garza ImperialArdea purpurea 14
18. Cormorán GrandePhalacrocorax carbo 312
19. Cernícalo VulgarFalco tinnunculus 11
20. Milano NegroMilvus migrans 21
21. Aguilucho PálidoCircus cyaneus 11
22. Aguilucho Lagunero OccidentalCircus aeruginosus 21
23. Gavilán ComúnAccipiter nisus 21
24. Busardo RatoneroButeo buteo 11
25. Rascón EuropeoRallus aquaticus 11
26. Gallineta ComúnGallinula chloropus 34
27. Focha ComúnFulica atra 321
28. Cigüeñuela ComúnHimantopus himantopus 11
29. Chorlitejo ChicoCharadrius dubius 13
30. Avefría EuropeaVanellus vanellus 238
31. Correlimos ComúnCalidris alpina 14
32. CombatientePhilomachus pugnax 25
33. Aguja ColinegraLimosa limosa 12
34. Archibebe ComúnTringa totanus 22
35. Archibebe OscuroTringa erythropus 11
36. Archibebe ClaroTringa nebularia 312
37. Andarríos ChicoActitis hypoleucos 22
38. Agachadiza ComúnGallinago gallinago 13
39. Gaviota PatiamarillaLarus michahellis 3250
40. Gaviota SombríaLarus fuscus 225
41. Paloma TorcazColumba palumbus 11
42. Tórtola TurcaStreptopelia decaocto 32
43. Pito RealPicus viridis 31
44. Pico PicapinosDendrocopos major 11
45. ArrendajoGarrulus glandarius 32
46. UrracaPica pica 33
47. CuervoCorvus corax 11
48. Corneja NegraCorvus corone 39
49. Herrerillo ComúnParus caeruleus 32
50. Carbonero ComúnParus major 34
51. Avión ZapadorRiparia riparia 150
52. Golondrina ComúnHirundo rustica 17
53. MitoAegithalos caudatus 25
54. BuitrónCisticola juncidis 12
55. Ruiseñor BastardoCettia cetti 32
56. Curruca CapirotadaSylvia atricapilla 22
57. Mosquitero MusicalPhylloscopus trochilus 11
58. Mosquitero ComúnPhylloscopus collybita 37
59. Reyezuelo ListadoRegulus ignicapilla 12
60. ChochínTroglodytes troglodytes 33
61. Agateador ComúnCerthia brachydactyla 32
62. Estornino PintoSturnus vulgaris 12
63. Mirlo ComúnTurdus merula 38
64. Zorzal AlirrojoTurdus iliacus 12
65. Zorzal ComúnTurdus philomelos 36
66. PetirrojoErithacus rubecula 36
67. Colirrojo TizónPhoenicurus ochruros 22
68. Tarabilla ComúnSaxicola torquatus 12
69. Collalba GrisOenanthe oenanthe 11
70. Papamoscas CerrojilloFicedula hypoleuca 11
71. Gorrión MolineroPasser montanus 11
72. Gorrión ComúnPasser domesticus 313
73. Bisbita Alpino (Ribereño)Anthus spinoletta 11
74. Bisbita ComúnAnthus pratensis 322
75. Lavandera Blanca (alba)Motacilla alba alba 36
76. Lavandera Boyera (thunbergi)Motacilla flava thunbergi 11
77. Lavandera Boyera (iberiae)Motacilla flava iberiae 12
78. Pinzón VulgarFringilla coelebs 313
79. VerdecilloSerinus serinus 34
80. Verderón ComúnCarduelis chloris 36
81. JilgueroCarduelis carduelis 313
82. Camachuelo ComúnPyrrhula pyrrhula 11
83. Pardillo ComúnCarduelis cannabina 240
84. Escribano PalustreEmberiza schoeniclus 23

Cuervo (Corvus corax) en Arteaga.
Además, se han visto las siguientes especies:

1.     Porrón moñudo
2.     Avetoro común
3.     Martinete común
4.     Pájaro moscón

¡Hasta la siguiente entrada!

sábado, 15 de octubre de 2011

DE PAJAREO EN LAS CAÑAS II

Tras una buena noche de descanso, despertarse en el campo con los cantos de los oropéndolas (Oriolus oriolus) es toda una experiencia. Este hecho fue el que me llevó a dar una vuelta a las 7 de la mañana. Fui sin cámara, de lo que me arrepentiría poco después.

Puerta de la Ermita de Cuevas.
Decidí ir en busca de los oropéndolas a ver si podía ver alguno. Seguía su canto como las polillas siguen a la luz y, cerca de la Ermita de Cuevas, descubrí el árbol donde se encontraba uno de estos maravillosos pájaros. Obviamente, no estaba a la vista pero esperé varios minutos a ver si se colocaba en una de las ramas que se situaban dentro de mi campo de visión. No lo hizo, pero salió volando, y teniendo en cuenta lo cerca que me encontraba del árbol, pude ver claramente que era un macho.
Empezaba bien el día. Con la observación del Oriolus aún en la retina comencé a escuchar los reiterados reclamos de un bando de abejarucos (Merops apiaster) que volaban encima de un campo de siega, entre un viñedo y el bosquete de pino carrasco que comenté en la anterior entrada. Me senté al borde de una ladera y me dispuse a disfrutar de estos bellos insectívoros.

Abejaruco común (Merops apiaster).
Sediento de más, me levanté al poco para internarme en la pequeña arboleda de pino carrasco (Pinus halepensis), sorprendiendo a varias palomas torcaces que pronto comenzaron a arrullar magníficamente a la sombra de las coníferas.

Paloma torcaz (Columba palumbus).
Encontré una pluma de esta especie de paloma que no dudé en guardarme en el bolsillo. Me topé con multitud de habitantes en el pequeño pinar: agateadores comunes, un pico picapinos, reyezuelos listados y 3 papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca).

Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) fotografiado en Txoriherri.
Teniendo eCn cuenta el tamaño de la arboleda no era una cantidad nada despreciable, además todavía me quedaban algunos por descubrir, como las tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) o un nervioso mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli) que no paraba de saltar por las ramas de los preciosos carrascos.

Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli).
Un bando de jilgueros se alimentaba en las inmediaciones y un águila calzada me llevó a acercarme al viñedo, en el que a su vez, escucharía a la perdiz roja (Alectoris rufa). Me asomé por una de las filas del viñedo y ahí estaba, correteando a lo largo de la línea para meterse un par de metros después entre las vides. Para mi sorpresa, asomándome en otra fila para intentar descubrir otra perdiz, pillé a dos conejos comunes (Oryctolagus cuniculus) que fueron bastante más confiados que el fasiánido.
Para este momento, mi arrepentimiento por no haber llevado la cámara era total, pero al menos disponía de los prismáticos.
Regresé a la tienda y rápidamente nos pusimos rumbo a Las Cañas, aunque no sin antes escuchar a las insistentes currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala) que clamaban en los arbustos.

Curruca cabecinegra macho (Sylvia melanocephala) fotografiada en La Galea.
Hoy sólo daríamos un rodeo al embalse, lo justo para observar a los somormujos lavancos, cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) y ardéidas que allí se encontraban. Los ánades reales y porrones europeos también eran abundantes.

Somormujos lavancos (Podiceps cristatus), cría y adulto.
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).
Pareja de ánades reales (Anas platyrhynchos).
Alguna gallineta común decidió salir de su escondite entre los carrizos permitiéndonos disfrutar de ellas durante varios minutos. La valiente pareja de laguneros no dejaba de vigilar su territorio, aunque una calzada de fase clara se coló en sus dominios librándose además de posibles represalias.

Águila calzada (Hieraaetus pennatus).
Un último vistazo con el telescopio a la laguna y nos pondríamos rumbo al Ebro, nuestro objetivo de la jornada. No vimos nada especial. Ni los tarros canelos del día anterior, ni garzas imperiales, ni tampoco martinetes. Aunque los patos colorados no faltaron a la cita.

Garza imperial (Ardea purpurea) fotografiada el año anterior en Las Cañas.
Martinete (Nycticorax nycticorax) fotografiado el año anterior en Las Cañas.
Ya en camino, vimos que el paisaje era el de siempre: viñedos, campos, olivares y más viñedos. Atravesando los prados, dimos con varias collalbas grises (Oenanthe oenanthe) e incluso un bisbita campestre (Anthus campestris), pero no serían los únicos avistamientos. Una pareja de cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) sobrevoló nuestras cabezas.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe).
Uno de los dos adultos de cigüeña blanca (Ciconia ciconia) que cría en Forua (Urdaibai).
Tratando de divisar a algún mochuelo en una construcción de piedra en ruinas observamos una pareja de cernícalos primillas (Falco naumanni) saliendo de dicho lugar, dejándonos disfrutar de ellos durante un buen rato.

Hembra de cernícalo primilla (Falco naumanni).
El cardo Echinops ritro coloreaba de azul los bordes de los caminos, y en los taludes, hallamos numerosos nidos (ya vacíos) de abejarucos comunes que inevitablemente retrasaron nuestra marcha.

Echinops ritro.
Nidos de abejarucos comunes.
Como es natural, en los hábitats en los que nos internamos, sólo pudimos disfrutar de los típicos líquenes Physcia aipolia y Xanthoria parietina, ya que los árboles son escasos.
La planta Limonium sp., hermosamente florida, aparecía escasamente en los taludes mientras una pareja de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) huían a las alturas rodeando a un buitre leonado (Gyps fulvus).

Limonium sp.
Pareja de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) junto a buitre leonado (Gyps fulvus).
A lo lejos, descubrimos la línea de vegetación ribereña que sin duda pertenecía al Ebro y hacia allí dirigimos nuestros pasos. Al llegar, una gran plantación de chopos nos regaló un poco de sombra, díficil de encontrar por estos lares.

Plantación de chopos (Populus nigra) junto al Ebro.
Al alcanzar el borde del gran río sentimos una sensación especial. El sonido e hipnotizante movimiento del agua nos obligó a detenernos y descansar, mientras en la otra orilla, un andarríos chico y una garceta común luchaban por sobrevivir.

El río Ebro.
Tras recuperar un poco la noción del tiempo nos levantamos y seguimos un sendero que nos llevaría a Las Cañas. Las lavanderas blancas (Motacilla alba) y los zarceros comunes (Hippolais polyglotta) eran las especies que aparecieron en mayor número.

Zarcero común (Hippolais polyglotta).
El itinerario era tranquilo, una tranquilidad sólo rota por unos 30 aviones comunes que se alimentaban en las alturas y un ratonero común (Buteo buteo) al que sorprendimos muy cerca del camino, obligándole sin querer a alzar el vuelo.

Busardo ratonero (Buteo buteo).
No tardamos en llegar a las inmediaciones del embalse. 2 invertebrados, de los pocos observados durante nuestra estancia en tierras navarras, aparecieron cerca: un díptero de la subfamilia Anthraciinae y la libélula Sympetrum fonscolombii.

Díptero de la subfamilia Anthraciinae.
Macho de Sympetrum fonscolombii.
Seguíamos disfrutando de los viñedos y, en uno de ellos, descubrimos un macho de alcaudón común que parecía otear el entorno en busca de presas.
Volvimos a la charca donde el día anterior pudimos deleitarnos con las ranas comunes, pudiendo fotografiar esta vez a un macho y a un visitante introducido como es el cangrejo de río americano (Procambarus clarkii).

Macho de rana común (Pelophylax perezi).
Cangrejo de río americano (Procambarus clarkii).
En los campos no paraban de moverse las cogujadas comunes (Galerida cristata), aunque para mi desgracia siempre mantenían las distancias. Tal vez era mejor así.

Cogujada común (Galerida cristata).
Una vez en la Ermita, nos llevamos una sorpresa. Una gran avispa se movía por los alrededores y la seguimos hasta el pórtico. Poseía unas patas largas y un tórax finísimo que le confería un extraño aspecto. Era una Sceliphron spirifex y debía estar realizando labores de mantenimiento en su nido, el cual estaba hecho de barro y tenía un tamaño nada despreciable.

Nido y ejemplar de Sceliphron spirifex.
El viaje tocaba a su fin a la vez que el día nos despedía con la suave luz del atardecer. Los cantos y reclamos de agateadores, abejarucos, perdices, pardillos, oropéndolas y palomas torcaces se desvanecían para dar paso a los reclamos de mochuelos y autillos (Otus scops).

Pardillo común macho (Carduelis cannabina).
Como colofón final quisimos conversar con los pequeños autillos tratando de imitarles por medio de silbidos. Atraer a 2 o 3 de estas pequeñas rapaces nocturnas en la noche navarra, es una experiencia difícil de olvidar. Un ejemplar se posó muy cerca, tan cerca que podíamos tocar el árbol en el que se encontraba sin que se asustara, aunque el follaje ocultaba su críptica silueta. Fue un momento muy emocionante pero breve, pues no somos amigos de molestar demasiado a los animales.
Nos dio pena regresar a Bilbao. Lo vivido en Las Cañas y alrededores fue tan bonito, plagado de tantos momentos apasionantes que no podíamos sino sentir tristeza por nuestra marcha. Pero volveremos, ya lo creo que sí.

Precioso paisaje del valle del Ebro, tan solo estropeado por los aerogeneradores.


Endika


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