Un bosque mixto con pequeños prados, una ría contaminada, escombros, fábricas, centros comerciales... Pero mi pequeño rincón "natural" emplazado en la Campa Erandio nunca defrauda. Cada día, nuevas sorpresas.
En primer lugar, decidí visitar la zona de arriba. Así llamo a la parte más alta del terreno de mi padre, que a penas visito por estar separada por una carretera de cuatro carriles.
Esta parte alta es frecuentada de vez en cuando por alguna gineta
Genetta genetta, zorros
Vulpes vulpes y hasta por un jabalí
Sus scrofa, además de los conejos
Oryctolagus cuniculus que crían en el lugar.
Fui acompañando a mi padre, por lo que permanecí el tiempo suficiente para observar un nido de chochín
Troglodytes troglodytes construido en la estructura de madera que sujeta el toldo donde comen las ovejas y las cabras.
|
Nido de chochín. |
El citado nido estaba compuesto por hojas secas de helechos y otras plantas, revestido de una cálida capa de musgo. No sabía si estaba ocupado, así que saqué mi cámara y con un par de fotos pude ver a los inquilinos que seguro abandonarán su efímero hogar en unos días.
|
En esta imagen se puedo ver a un joven chochín al que, como se puede apreciar, le queda poco para salir del nido al igual que a sus hermanos. |
Después, bajé a realizar mi ruta habitual. Comencé la andadura observando con el telescopio el nido de cornejas negras
Corvus corone, pero no conseguí ver a la hembra incubando.
Alcé la vista y un alcotán europeo
Falco subbuteo sobrevolaba el bosque. Es la segunda vez que lo veo en dos visitas, lo que me hace pensar que este año cría cerca. Probablemente, en los pinos más allá de la zona alta mencionada al principio.
|
Alcotán europeo / Eurasian hobby Falco subbuteo. |
Tras escuchar a un zarcero común
Hippolais polyglotta cantar, proseguí la marcha no sin antes fotografiar a un macho de colirrojo tizón
Phoenicurus ochruros. Otra de las especies que no falta a la cita, pues al menos dos parejas crían anualmente.
|
Macho de colirrojo tizón Phoenicurus ochruros. |
Pasé junto a un muro y enseguida escuché los reclamos de los jovenzuelos de alguna especie de ave. Me acerqué y oí el típico reclamo de alarma del chochín, con lo que el misterio estaba resuelto. Aunque uno de los volantones no quiso dejar pasar la oportunidad de quedar inmortalizado para salir en este blog.
|
Un atrevido volantón de chochín Troglodytes troglodytes. |
|
Volantón de chochín. |
En el saúco
Sambucus nigra de siempre apareció el papamoscas gris
Muscicapa striata, donde tiene establecido su posadero.
|
Papamoscas gris Muscicapa striata. |
Me encanta esta ave, aunque no destaque en color, tiene algo que me atrae especialmente. Desde luego, alegra el bosque con sus reclamos.
|
Papamoscas gris Muscicapa striata. |
Ya en el interior de la foresta, detecté al pico picapinos
Dendrocopos major merodeando entre los robles
Quercus robur. Con la cantidad de árboles moribundos y troncos muertos que hay, debe ser una paraíso para los pícidos.
|
Tronco muerto de abedul Betula alba con agujeros realizados por los picos picapinos para buscar larvas xilófagas en su interior. |
|
También me topé con un nido a medio hacer. Por alguna razón cambiaron el emplazamiento del nido. |
Una enorme galamperna
Macrolepiota procera se cruzó en mi camino, mientras mitos
Aegithalos caudatus y agateadores
Certhia brachydactyla revoloteaban en los árboles adyacentes.
|
Galamperna Macrolepiota procera. |
Hablando de agateadores, aproveché que criaron en la caja-nido para buscar alguna bonita pluma en su interior.
|
Pluma de agateador común Certhia brachydactyla. |
Salí del bosque hacia el último punto, un prado invadido por la pampa
Cortaderia selloana. Se oía a lo lejos el canto de otro zarcero común mientras fotografiaba un coleóptero en un cardo, concretamente el escarabajo
Oxythyrea funesta.
|
Escarabajo Oxythyrea funesta en cardo. |
En los árboles cantaban verdecillos
Serinus serinus y jilgueros
Carduelis carduelis.
|
Macho de verdecillo Serinus serinus. |
|
Jilguero Carduelis carduelis. |
Caminé entre pampas con la intención de levantar algún chotacabras gris
Caprimulgus europaeus y así ocurrió. Aunque luego de ver volar a la hembra a un metro de mí, me di cuenta con gran alegría de que había dos huevos. Estaba incubando, por lo que tras tomar una fotografía del nido, que no es más que una pequeña depresión en el suelo desnudo, me alejé lo más rápido posible.
|
Huevos de chotacabras gris Caprimulgus europaeus en nido. |
Aún así, tengo miedo de que no consigan salir adelante. Este año está siendo muy malo para las aves insectívoras, sobre todo, hirundínidos y vencejos. Más que nada en el Norte, donde el frío y la lluvia todavía arrecian.
No se oyen saltamontes, ni se ven mariposas, casi no hay moscas, ni mosquitos y ocurrirá lo mismo con las presas principales de los chotacabras: las mariposas nocturnas. Además, ese nido en el suelo desnudo, sin resguardo, parece muy poco protegido ante las lluvias y las bajas temperaturas.
Esperemos que en unos 15 días 2 preciosos pollos salgan de los huevos y puedan crecer bien alimentados.
¡Hasta la próxima entrada!