El día amaneció soleado y caluroso, un día primaveral en toda regla, lo que invitaba a visitar la costa. La zona costera más visitada por mí es la que se encuentra localizada entre Gorliz y Armintza, no porque sea especialmente buena para la observación de la naturaleza, sino porque es de las que me quedan más a mano para llegar en transporte público.
Musaraña común Crocidura russula.
Campiña atlántica, encinares y plantaciones de eucaliptos Eucalyptus globulus y pino marítimo Pinus pinaster son los hábitats con los que nos topamos por estos lares.
Paisaje de la costa de Gorliz con encinas, helechos y arbustos.
En la campiña atlántica, solía ser frecuente observar conejos Oryctolagus cuniculus en una zona donde solían tener la madriguera muy expuesta, aunque parece que la han abandonado.
Conejo común Oryctolagus cuniculus fotografiado hace 2 años en Gorliz.
Entre las aves, el escribano cerillo Emberiza citrinella y los bisbitas arbóreos Anthus trivialis son los pájaros más destacables de las praderas.
Macho de escribano cerillo Emberiza citrinella.
A pesar de que las rapaces críen en el lugar, no pude ver ninguna de las forestales, lo que me desilusionó bastante. En 2005 (datos del libro "Ecology and conservation of european forest-dwelling raptors. Iñigo Zuberogoitia & José Enrique Martínez"), había dos parejas de gavilán común Accipiter nisus, una de abejero europeo Pernis apivorus, dos de busardo ratonero Buteo buteo y una de alcotán europeo Falco subbuteo, por lo cual suele ser común su avistamiento.
Tras la subida inicial, ya se encontraba dentro de mi campo de visión la Isla de Billano, donde las gaviotas patiamarillas Larus michahellis se encontraban incubando
Los zarceros comunes Hippolais polyglotta, las tarabillas comunes Saxicola torquata y las currucas cabecinegras Sylvia melanocephala eran las aves más abundantes entre helechos, arbustos y argomas Ulex sp., además de ser las encargadas de amenizar mi travesía.
Zarcero común Hippolais polyglotta.
No había mucho movimiento, así que una vez llegué al encinar, me puse a investigar.
Ésta es la parte menos densa del encinar Quercus ilex, más abajo los arbustos cubren los huecos que dejan los árboles.
El bosque se encontraba en silencio. Rebusqué en las encinas moribundas hongos saprófitos como el Hexagonia nitida.
Hexagonia nitida.
Pero mientras fotografiaba dicho hongo empecé a oír un agudo reclamo que me resultó familiar. Fui tras el sonido y en el momento en el que descubrí que provenía del suelo no había duda, una cría de musaraña.
Sólo se encontraba a unos 20 metros de distancia del punto donde vimos una camada hace 2 años.
Ya conocía el sonido porque hace dos años en este mismo bosque, encontré junto a Jon una camada de musarañas que tuvimos que ocultar en los arbustos ya que se encontraban en medio de la senda.
Soy un completo novato en identificación de musarañas, pero todo apunta a que se trata una cría de Crocidura russula.
Las musarañas están divididas para su identificación (a partir de egagrópilas de rapaces nocturnas) entre musarañas de dientes blancos y de dientes rojos. La Crocidura russula es de dientes blancos, característica que comparte con Crocidura suaveolens, la otra especie de este grupo cuya distribución incluye Bizkaia.
El pequeño protagonista de la entrada no paraba de reclamar (unos 5 centímetros de largo, calculo) y se encontraba solo, lo cual me pareció extraño, pero no tenía pinta de que su madre estuviese cerca.
Sus ojos son diminutos, pues su vista es muy pequeña. Sus largos bigotes nos dicen que su tacto está muy desarrollado para poder captar los movimientos de sus presas: insectos, lombrices y otros invertebrados; incluso muy ocasionalmente vertebrados como pequeños reptiles, jóvenes roedores y carroña.
El bosque no parece adecuado para ninguna rapaz nocturna, puesto que es un bosque excesivamente denso, repleto de zarzamoras Rubus sp., zarzaparrillas Smilax aspera y otras plantas que entorpecerían la caza por la ausencia de pequeños claros. Tal vez algún mustélido o zorro cuya área de campeo se encuentre por allí viera en él un apetitoso aperitivo, aunque las musarañas se defienden de depredadores con gran olfato gracias a sus glándulas odoríferas que las hacen poco atractivas.
Sin duda, el oído y el olfato son sus sentidos más evolucionados.
Siempre que hacía algún ruido, el diminuto insectívoro se alteraba y huía, aunque no muy lejos.
Cría de musaraña común Crocidura russula.
Casi siempre permanecía a la vista y, manteniéndome en silencio, acababa acercándose y quedándose inmóvil.
Cría de musaraña común Crocidura russula.
Perfecto para sacarle fotos y vídeos, cosa que no pude hacer con las crías de la misma especie que encontramos hace 2 años. Al rato, le dejé tranquilo.
Posteriormente, mi viaje se alargó mucho, pero únicamente puedo destacar la observación de un cernícalo vulgar Falco tinnunculus y de dos machos de alcaudones dorsirrojos Lanius collurio de los cuales uno, pude fotografiar a contraluz.
Qué suerte ver vivo uno de estos pequeñajos. Digo "vivo" porque tengo la mala suerte de saber de su presencia solamente por ejemplares muertos, como me pasaba antes con los erizos (algo que afortunadamente ha cambiado). Cómo me gustan esos bosques y campos de la costa, casi puedo oír el mar con el reclamo de las tarabillas... ¡Saludos!
Yo también suelo verlos más muertos que vivos, pero en esta zona ya es la segunda vez que me topo con crías vivas de esta especie. La costa tiene un aire especial, aunque para mi gusto en Bizkaia es de los ecosistemas que noto más degradados o, al menos, más alterados por la acción humana.
¡Muchas gracias! Un encuentro realmente espectacular. La vez que pude ver una camada en este mismo lugar no me dejaron fotografiarlos, pero esta vez he tenido más suerte.
Qué suerte ver vivo uno de estos pequeñajos. Digo "vivo" porque tengo la mala suerte de saber de su presencia solamente por ejemplares muertos, como me pasaba antes con los erizos (algo que afortunadamente ha cambiado).
ResponderEliminarCómo me gustan esos bosques y campos de la costa, casi puedo oír el mar con el reclamo de las tarabillas...
¡Saludos!
Yo también suelo verlos más muertos que vivos, pero en esta zona ya es la segunda vez que me topo con crías vivas de esta especie. La costa tiene un aire especial, aunque para mi gusto en Bizkaia es de los ecosistemas que noto más degradados o, al menos, más alterados por la acción humana.
Eliminar¡Saludos!
Impresionante toparse con esta criatura y fotografiarla asi de bien. Enhorabuena.
ResponderEliminarsaludos
¡Muchas gracias! Un encuentro realmente espectacular. La vez que pude ver una camada en este mismo lugar no me dejaron fotografiarlos, pero esta vez he tenido más suerte.
Eliminar¡Un saludo!
Hola amigos.
ResponderEliminarBonitas fotos. Nunca he visto a la curiosa musaraña.
Buen trabajo.
Un abrazo desde Doña Mencía
¡Muchas gracias José Manuel!
Eliminar¡Un saludo!