miércoles, 27 de noviembre de 2013

EL SALTO DEL NERVIÓN: UN MAGNÍFICO LUGAR PARA PAJAREAR

El salto del Nervión siempre ha sido para mí una de las mecas para el pajareo en mi provincia. En realidad, toda la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de Sierra Salvada es interesante, pero me quedo con este precioso paraje.

Salto del Nervión desde la lejanía.
Una lástima que resulte tan costoso llegar al lugar desde la estación de tren de Orduña. Una caminata que me impide visitarlo en más ocasiones. Aún así, el largo recorrido también me ofrece la posibilidad de observar una cantidad importante y diversa de aves y otros seres.


Macho de alcaudón dorsirrojo Lanius collurio.
Obviando las aves urbanas típicas en la época estival, el protagonista del valle de Orduña es el alcaudón dorsirrojo Lanius collurio. Una pareja cría todos los años en una zona por la que pasamos Jon y yo cuando vamos al Salto del Nervión, ofreciéndonos bonitas observaciones de cebas a los pequeños volantones.

Alcaudón dorsirrojo / Artzandobi arrunta.
Los escribanos soteños Emberiza cirlus y las tarabillas comunes Saxicola torquata también crían en el valle e incluso podemos deleitarnos con los estorninos pintos Sturnus vulgaris y negros Sturnus unicolor que llevan la ceba a sus crías en los tejados de los pueblos. En el caso de los primeros, nos brindan una imagen muy distinta de esos grandes bandos que vienen en invierno del norte de Europa.

Estornino pinto Sturnus vulgaris con el plumaje nupcial.
Una vez iniciamos el ascenso, comenzamos a ser rodeados por árboles. Al principio son principalmente fresnos Fraxinus excelsior y quejigos Quercus faginea, pero una vez alcanzada cierta altura las encinas se vuelven más abundantes. Por lo tanto, especies forestales como herrerillos comunes Cyanistes caeruleus, mosquiteros papialbos Phylloscopus bonelli, currucas capirotadas Sylvia atricapilla, mitos Aegithalos caudatus, etc. serán visibles durante la subida.

Hongo Inonotus hispidus en un freso Fraxinus excelsior.
En la cima del cortado rocoso, nos encontramos un paisaje agrícola por el que se mueven golondrinas comunes Hirundo rustica, escribanos soteños, cornejas negras Corvus corone y urracas Pica pica, entre otros. Además, fue el lugar donde vi por primera vez un ejemplar de una de mis familias de arácnidos preferida: la de las arañas cangrejo Thomisidae.

Volantón de golondrina común Hirundo rustica.

Araña cangrejo Misumena vatia hembra con un díptero como presa, también pude ver al macho en la misma flor, de tamaño considerablemente menor.

Este es el paisaje que se nos presenta en la cima que pronto cambiaremos por las rocas y los brezos.
Poco a poco, vamos aproximándonos al Salto del Nervión, pero antes debemos cruzar el hayedo donde se pueden ver chotacabras grises Caprimulgus europaeus (con mucha suerte, aunque nosotros la hemos tenido), trepadores azules Sitta europaea y carboneros palustres Poecile palustris. El paisaje es realmente hermoso. El hayedo siempre tiene para mí un aspecto de cuento.

Carbonero palustre Poecile palustris en un majuelo Crataegus monogyna.
Hasta este punto ya hemos podido ver multitud de especies, sin embargo, el cortado rocoso del Salto del Nervión es el más interesante en diversidad ornítica y paisajística. Alondras comunes Alauda arvensis nos sobrevolarán y escucharemos cantar a las collalbas grises Oenanthe oenanthe. Mientras, los escribanos montesinos Emberiza cia se moverán entre los brezos y majuelos Crataegus monogyna.

Macho de escribano montesino Emberiza cia.

Ejemplar juvenil de escribano montesino rodeado de los rojos frutos de un majuelo.

Hipparchia alcyone libando el néctar de la flor de un brezo Erica vagans.
Pero si alzamos la vista, podremos disfrutar de multitud de rapaces entre las que son habituales alimoches comunes Neophron percnopterus, buitres leonados Gyps fulvus, busardos ratoneros Buteo buteo, cernícalos vulgares Falco tinnunculus, aguilillas calzadas Hieraaetus pennatus y abejeros europeos Pernis apivorus, sin olvidar los gavilanes comunes Accipiter nisus y los milanos reales Milvus milvus.

Maravillosas vistas. Al otro lado podéis ver el Salto del Nervión (la depresión en el cortado) sin agua, debido a la época estival.

Alimoche común Neophron percnopterus.

El buitre sabio.
Un número importante al que podemos añadir el águila real Aquila chrysaetos, una rapaz imponente que hemos podido ver en el Salto del Nervión, en una de sus incursiones por la sierra.

Ejemplar de águila real Aquila chrysaetos fotografiado en el Salto del Nervión,  no sabría decir la edad. Aunque un adulto seguro que no.
Otras aves rupícolas son los vencejos reales Tachymarptis melba, cuervos Corvus corax, aviones roqueros Ptyonoprogne rupestris, chovas piquirrojas y piquigualdas Pyrrhocorax pyrrhocorax y P. graculus, roqueros rojos Monticola saxatilis, etc. En definitiva, uno de los ecosistemas más ricos de la maltrecha biodiversidad de mi provincia.

Vencejo real Tachymarptis melba.

Cuervo Corvus corax.

Orduña a mucha distancia desde el desfiladero.

¡Hasta la próxima entrada!

3 comentarios:

  1. Interesantísimo, es un sitio de pajareo magnífico del que tomo nota ya mismo (en vacaciones de verano suelo ir a visitar a un amigo vasco).
    Ya merece la pena paisajísticamente, pero es que el repertorio es una gozada, con lo que me gusta la fauna serrana.
    ¡Saludos!

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  2. Ay, que se me olvidaba. El águila aún es joven, pero no mucho, porque ha perdido el blanco de las alas mientras que lo conserva en la cola (el último vestigio de su plumaje juvenil que conservan antes de mudar a adultas).

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    Respuestas
    1. Yo desde luego te lo recomiendo, además me he dejado en el tintero alguna especie más de las que se pueden ver. El paisaje de lo más bonito del País Vasco, una gozada. Y muchas gracias por lo de el águila, que he visto poquitas y esos detalles se me escapan.
      ¡Un saludo Carlos!

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