Con más de un año de retraso debido a diversas causas, os traigo el testimonio del viaje que realicé a Valencia el pasado año. No pude disfrutar de l'Albufera todo lo que me hubiera gustado, tan sólo recorrí la Devesa del Saler y visité Racó de L'Olla, pero pude disfrutar de la espectacular riqueza ornitológica de este Parque Natural.
Pinar de la Devesa de El Saler.
El primer lugar visitado fue la Devesa del Saler, un sistema dunar enorme. Dominado por los pinos carrascos Pinus haleppensis, pocas fueron las paseriformes que observé, pero variadas las especies más grandes que sobrevolaban la zona. La primera y una de las más deseadas fue la gaviota de Audouin Larus audounii.
Gaviota de Audouin Larus audoinii.
De hermoso pico rojo oscuro, es una de las gaviotas más raras del mundo y, desde el primer encuentro, se convirtió en una de mis preferidas.
Una de las gaviotas más bonitas de la península ibérica.
Muchas volaban por encima, pero otras permanecían en un pequeño islote de una laguna interior que os muestro en el siguiente vídeo.
Prosiguiendo el camino hacia la Playa de El Saler, descubrí otros habitantes voladores como este vencejo pálido Apus pallidus. Fácil de identificar, si se aprende a diferenciar su reclamo del de su pariente, el vencejo común. Su color más claro también puede ayudar, aunque dependiendo de la luz podemos ser inducidos a confusión.
Demasiado contraluz pero supe que era un vencejo pálido Apus pallidus por su reclamo bisílabo a diferencia de del común.
A los chirridos de estos acróbatas se le sumaba ocasionalmente la abubilla Upupa epops, que entonaba su distintivo canto desde la espesura. Pese a mi incómoda presencia no dudaba en explorar los suelos aledaños al camino en busca de insectos. Todavía más confiadas, las lagartijas cenicientas Psammodromus hispanicus se soleaban a ambos lados del camino dejando aproximarme lo suficiente como para inmortalizarlas.
Lagartija cenicienta Psammodromus hispanicus.
Supe de la existencia de esta lagartija a raíz de estos encuentros en Valencia.
Con el mar ya en el punto de mira el familiar canto de la perdiz roja Alectoris rufa resonaba por encima de las melodías entonadas por cogujadas comunes Galerida cristata y currucas cabecinegras Sylvia melanocephala. Una visión especial la de estas perdices rodeadas de arena y lentiscos Pistacia lentiscus con el mediterráneo como telón de fondo.
Perdiz roja Alectoris rufa delante de un lentisco Pistacia lentiscus.
Una vez en la playa, multitud de charranes patinegros Thalasseus sandvicensis pasaban por encima de mi cabeza constantemente. En ocasiones, acompañados por alguna gaviota de Audouin o las enormes gaviotas patiamarillas mediterráneas Larus michahellis michahellis.
Sin embargo, la playa de El Saler me tenía una sorpresa preparada. De repente ante mí aparecieron unos cien correlimos tridáctilos Calidris alba con dos chorlitejos patinegros Charadrius alexandrinus infiltrados entre ellos. Indudablemente, fue uno de los espectáculos más bonitos que me dejó aquel viaje a Valencia. Las citadas limícolas corrían de aquí para allá, acercándose y alejándose de la orilla en función de las olas.
Chorlitejo patinegro Charadrius alexandrinus.
Parte del gran bando de correlimos tridáctilos Calidris alba.
Pero aún quedaba mucha tela que cortar. Al siguiente día, tuve la oportunidad de visitar Racó de l'Olla, dentro del Parque Natural de l'Albufera. En primer lugar, un bando enorme de gaviotas reidoras Chroicocephalus ridibundus y cabecinegras Larus melanocephalus me dieron la bienvenida. Un enjambre ensordecedor de láridos que me dejó completamente maravillado.Y eso que aún ni siquiera había entrado en ningún observatorio.
Bandada enorme de gaviotas reidoras Chroicocephalus ridibundus y alguna gaviota cabecinegra Larus melanocephalus.
Al rato así lo hice, aunque el primer observatorio fue un poco decepcionante. Varios tarros blancos Tadorna tadorna y algunas cigüeñuelas comunes Himantopus himantopus. De todas formas me entretuve largo rato con estas dos especies, ya que independientemente de las veces que hayamos visto una determinada ave siempre es interesante observar su comportamiento o simplemente su belleza.
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Poco después, visité dos observatorios en los que me quedé alucinado. Centenares de fumareles cariblancos Chlidonias hybrida y avocetas Recurvirostra avosetta junto a... ¡Flamencos Phoenicopterus roseus! Y es que esta era la especie más anhelada por mí.
Colonia de fumareles cariblancos Chlidonias hybrida.
Flamencos comunes Phoenicopterus roseus.
Verdaderamente hermosos los flamencos.
Me habría quedado horas y horas observándolos. ¡Menuda elegancia en sus movimientos! ¡Vaya paz la que inspiran...! Aquello me recuerda la de espectáculos que me quedan por ver, no sólo en el plano ornitológico, sino en el de la naturaleza en general.
Finalmente, a modo de despedida, una pagaza piconegra Gelochelidon nylotica paso volando y en un árbol posaba un hermoso críalo europeo Clamator glandarius. Una buena forma de poner punto y final a mi viaje por l'Albufera.
Qué maravilla la Albufera. Me ha llamado mucha la atención esa foto del pinar.. Qué bonito.. Un saludo..
ResponderEliminarSí, una auténtica maravilla tanto por la riqueza de aves como por los paisajes.
Eliminar¡Gracias por pasarte y comentar Ana!
¡Un saludo!